Mudras

¿Qué son los Mudras?

La palabra “mudra” significa sello o símbolo. Son posturas que se realizan con las manos, aunque también existen ejercicios con los ojos, el cuerpo y técnicas de respiración que también son denominados Mudras.

Las manos, además de ser partes funcionales del cuerpo, son el reflejo energético del mismo. Cada zona que conforma la mano se corresponde con alguna parte del cuerpo y de la mente, afectando a emociones y comportamientos.

Existen muchos tipos, ya que cualquier gesto puede ser una forma de sellar o subrayar lo que se dice. Son utilizados en todas partes del mundo y por todo tipo de culturas. En ocasiones, también se emplean los Mudras para venerar y representar la energía de determinadas deidades.

¿Para qué sirven los Mudras?

Mediante la ejecución de asanas, mudras o bandhas, el cuerpo envía órdenes al sistema nervioso central para sintonizarlo con una frecuencia energética determinada, la cual se desea alcanzar para entrar en determinados estados de consciencia.

Afectan a nivel físico, mental y espiritual.

Por regla general, tanto en Hatha Yoga como en otros Yogas más dinámicos, no se practican con las manos en la realización de asanas. La práctica de Mudras se reserva para el momento de la meditación y/o Pranayama.

Si bien, las manos juegan un papel fundamental en las posturas de yoga (Hasta bandha), puesto que se marcan a modo de cierre de la postura, solo durante el tiempo de ejecución de las āsanas. Un claro ejemplo de esto es la postura samasthiti; esta āsana incluye Anjali mudra (manos al pecho), y sirve como acompañamiento, elevando los brazos, a la postura urdhva hastasana.

Anjali mudra

En las āsanas los mudras se utilizan a modo de bhandas, es decir, se usan para concentrar y dirigir la energía de la āsana, ayudándonos a mantener el equilibrio y a profundizar en la postura; la postura en su totalidad es un mudra.

En cambio, un mudra practicado en meditación se usa con la intención de hacer incidencia en los puntos concretos que estimulan la postura de los dedos. Por ejemplo, Gyan mudra; uno de los más utilizados en la meditación. Es el mudra de la sabiduría y estimula el chakra raíz, integra el Yo (el ego) con la sabiduría universal.

La diferencia radica en la intención y el tiempo de ejecución.

Una de los tipos de Yoga que más utiliza los gestos con las manos es Kundalini Yoga; cuenta con numerosos ejercicios que combinan asanas, pranayamas y meditaciones con Mudras. De este modo, se consigue la combinación de ambas técnicas, reforzando el efecto deseado en la práctica.

¿Cómo hacer los mudras?

Has de presionar las yemas de tus dedos, así como tus manos, lo suficiente como para sentir la energía. El contacto ha de ser como todo en yoga, firme, estable, cómodo. El punto óptimo en el que puedes percibir cómo circula la energía de forma fluida, sin dolor, sin resistencia.

Puedes saber si la presión es adecuada observando las yemas de tus dedos. Si al contacto aparece una línea blanca en tus yemas es que estás ejerciendo demasiada presión. Para que fluya la energía, en lo burdo, en el cuerpo, es preciso que la circulación sanguínea fluya, por lo que si ejerces mucha presión, las yemas de tus dedos no están permitiendo el paso adecuado de la sangre para así concentrarte en esa fluidez, a nivel físico y sutil.

La correcta colocación de la postura del cuerpo y de las manos cuando practicas es muy importante. No solo estás entrenando tu cuerpo para colocar esas āsanas, sino que estás colocando tu mente en una determinada postura, con la cual estimulas y segregas determinadas sustancias para entrenar tu cerebro en esa sensación de bienestar. Cuanto más tiempo permaneces en esa vibración, favoreces la prolongación de ese estado, aun cuando no estás practicando mudras.

Beneficios de practicar Mudras

  • Equilibrio energético: son gestos que canalizan y equilibran la energía en el cuerpo. Armonizan y restauran el flujo de energía vital (prana) en tu sistema.
  • Mejora de la concentración: La práctica requiere focalización y concentración de la mente. Al practicar regularmente, puedes fortalecer tu capacidad de concentración y enfoque mental.
  • Reducción del estrés: Muchos están diseñados para aliviar el estrés y la ansiedad. Al realizar ciertos gestos, puedes calmar tu mente y relajar tu cuerpo, lo que te ayuda a lidiar mejor con el estrés diario.
  • Estimulación del sistema nervioso: Al presionar y tocar diferentes puntos con los dedos durante los mudras, se activan terminaciones nerviosas específicas, lo que puede tener un efecto estimulante y tonificante en el sistema nervioso.
  • Mejora de la salud física: Algunos se enfocan en estimular órganos y sistemas específicos del cuerpo, lo que puede ayudar a mejorar la salud física y promover el equilibrio en el cuerpo.
  • Desarrollo espiritual: han sido utilizados durante mucho tiempo en prácticas espirituales y meditativas. Al practicar mudras, puedes profundizar tu conexión interna, despertar la conciencia espiritual y promover el crecimiento personal.
  • Estimulación de la circulación sanguínea: Al realizar ciertos mudras, como el mudra de la unión, se pueden activar puntos de acupresión en las manos que ayudan a mejorar la circulación sanguínea y promover la salud cardiovascular.
  • Equilibrio emocional: Algunos están relacionados con el equilibrio de las emociones. Al practicarlos, puedes calmar la mente, equilibrar tus emociones y fomentar una sensación de paz interior.
  • Aumento de la vitalidad: Al trabajar con la energía a través de los mudras, puedes aumentar tu vitalidad y despertar un sentido renovado de energía y vitalidad en tu vida diaria.
  • Mejora de la flexibilidad de las manos: Al practicar, estás involucrando activamente las manos y los dedos en diferentes posiciones. Esto puede ayudar a mejorar la flexibilidad y la destreza de las manos, así como a mantener su movilidad a medida que envejeces.

Efectos de los Mudras

Contribuyen al mantenimiento y mejoría de la salud, equilibrando todos los cuerpos que componen a la persona.

Es posible que cuando practiques sientas sensación de calor, frío, dolor o alivio, mejora del estado de ánimo, claridad mental, escalofríos, cansancio… Cualquier sensación que percibas durante la práctica, o posteriormente, son manifestaciones de la energía moviéndose a través de tu cuerpo; obsérvalas sin realizar juicios de valor sobre ellas, simplemente percíbelas, identifícalas.

No se debe sobrepasar el tiempo establecido para cada ejercicio. Únicamente, se incrementará el tiempo de práctica cuando se alcance un nivel adecuado.

La práctica debe ser progresiva, de menos a más.

En ningún caso debes sobrepasar tus propios límites. Si la postura que estás realizando te produce molestias insoportables, ya sean físicas o psíquicas, no continúes realizándolo. Puede que el mudra que has elegido, u otras técnica no sea la más adecuada para tus necesidades, por ello, es conveniente que la práctica de yoga y mudras sea dirigida por un profesional cualificado.

¿Durante cuánto tiempo debo mantener la postura?

Existen diferentes opiniones al respecto. Las corrientes más estrictas determinan que un Mudra debe practicarse durante 45 minutos al día, pudiendo dividir la práctica en tres sesiones de 15 minutos cada una.

Otras corrientes están a favor de estipular el tiempo y las veces al día dependiendo del caso en concreto.

Por lo general, se establecen prácticas que van de 3 a 30 minutos, divididas de dos a cuatro sesiones al día.

Es conveniente conocer los tiempos de permanencia recomendados para cada ejercicio, de acuerdo con el uso y los resultados que desees obtener.

“No hay mejor médico que uno mismo”; lo que quiero decirte es que pruebes, de menos a más tiempo, y de menor a mayor intensidad. A través de la experimentación transformamos los conocimientos en sabiduría.

En mi opinión, puede que una práctica de 3 sesiones de 15 minutos todos los días, resulte demasiado para muchos yoguis/nis (45 minutos en total por día); entre todas las responsabilidades diarias y todas las distracciones que nos rodean, disponer de casi una hora al día para realizar meditación, al principio puede ser demasiado tiempo. Necesitas mantener la “acción mental meditativa” y también que el cuerpo permanezca 15 minutos en la misma postura. Puede que el cuerpo de un principiante no tenga la suficiente fuerza y flexibilidad para sostener āsana durante ese tiempo.

Para ayudar a nuestro cuerpo y mente en la práctica de meditación con mudras, debemos darle pequeñas dosis para acostumbrarlo, e ir “desbloqueando los niveles del juego”. Una buena medida para los recién llegados al yoga serían tres minutos, tiempo más que suficiente para desafiar su cuerpo y mente; observar cómo actúan esas pequeñas dosis de yoga; observar si aparecen molestias físicas como dolor, contracción, punción… y mentales como pensamientos recurrentes, imágenes…

A medida que el yogui/ni practica, puede ir aumentando su tiempo de permanencia, sin olvidar los yamas, es decir, practicar sin agotarse, con amor, con equilibrio. Sólo tú puedes medir los efectos que producen los diferentes ejercicios de yoga en tu cuerpo. A medida que practiques irás descifrando tus tiempos de práctica, intensidad y mudras favoritos.

No importa lo negro que se presente el panorama, disfrute las pequeñas maravillas de la vida cotidiana. En su interior también hay un artista de la vida que sabe convertirlo todo en lo mejor, las pequeñas alegrías en grandes acontecimientos. Un artista de la vida también sabe tratarse bien a sí mismo“. Mudras: El poder del yoga en tus manos. Gertrud Hirschi.

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